Fandango

julio 10, 2014


I
Las malagueñas miran a los hombres
que arrastran su dolor de olvido.

Hay un secreto que nada oculta,
ellas aguardan pacientes su desdicha.

Volverían al primer cuerpo amado,
a escapar de quienes esperan.
Ahora están aquí y deambulan.
No hay piedad para ellas,
los jaraneros sentencian:
las condeno a ser amadas”.


II
Encuentran mil espectros como estrellas
de difuntos corales extendidos.
Van y vienen las bocas,
las lenguas.
Nada saben los que cargan sueños.

Es la comunión de los pobres,
de los que enamoran a las hadas solitarias.

Sin palabras las estrellas mueren,
ellas, las que se agotan en el horizonte,
las que persiguen su destino escandaloso.




Nora Suárez




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