Ayer que te vi por primera vez (prosa poética)

diciembre 25, 2014

De pasos, abrazos y letras



Ayer que te vi por enésima vez, libre de pensamiento estudié la particularidad de tus movimientos. En otras circunstancias: el libro, la sala, los compañeros de ilusiones pero hoy, alejado de aquellas intermitencias me libero ante ti de fardos y suposiciones. Será pues de día y de noche que celebre un convenio al margen de tu sombra...en las paredes de tu casa. 

En letras pequeñas –te advierto- precisaré control de presencia, irremediable sujeción y libertad inmediata, pues es de este lado de la música donde francamente te necesito; donde aprecio de ti mi despreciada necesidad. Requeriré además de tu nombre sus letras, el peso de tus huellas amarrado a mis alas y el alma y tus sueños en botellas clasificadas, quisiera en una palabra invocar el remedio que el silencio inhala de entre las frases matemáticas de la lluvia. 

Otro día la infortuna del escenario me ha recordado: desenrollé los caminos sin intuir de sobra la falsificación. ¿Recuerdas? Decías que tu boca transmutó en espejismo y peor todavía fue creer que tus abrazos el mismo desatino tenían. Esa misma noche te perdí bajo protesta y caminé hasta llegar a este día. Un cordel de burbujas, un té. Estudios sobre el movimiento del agua y Piazzola... Estábamos de regreso.

Desde entonces y por intermedio la tecnología nos comunicábamos casi diario. Conservo las frases por cierto con irremediable escepticismo. ¿Cuántas reservas tú de inmortalidad? 

Hoy que te vi por primera vez desde aquella noche, he descubierto que siempre 
estuviste... 

...y aunque no estés –insto- dejes irte conmigo.

Arturo Riveros


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