La leyenda de Slenderman

diciembre 29, 2014

Iván Barria

Texto e imagen

(13 años)


Slenderman no siempre fue un monstruo. Tenía 25 años (más o menos) cuando se graduó de la universidad, pero por alguna razón todos lo odiaban y siempre se burlaban de él; a tal grado que decidió acabar con su vida.     
No quiso hacerlo en su casa, odiaba a su madre pero no lo suficiente como para causarle un trauma. Así que se fue hacia un callejón donde se iba a ahorcar pero llegó un anciano y lo detuvo, habló con él y le dio a entender que la idea de quitarse la vida era muy loca. El anciano le explicó que si lo deseaba podía tener una nueva vida y el muchacho aceptó sin ninguna duda.    
El anciano se lo llevó a un laboratorio, hizo que el muchacho firmara una hoja y allí experimentaron con él. Lo sometieron con una inyección que lo dejó dormido. Al un principio trató de correr y gritar pero fue inútil. Cuando despertó estaba en una camilla con un traje negro y escuchó que al anciano contaba una historia extraña. Unos minutos después un rayo verde, tal vez un láser, lo atacó en todo su cuerpo; al instante su boca, sus ojos y nariz se contraían,  fue una sensación desesperante. 
Algo falló en el experimento y el laboratorio explotó. Cuando se dio cuenta, el muchacho, estaba bajo los escombros del laboratorio, vio a un policía que estaba inspeccionando el lugar. Éste se asusto al verlo e intentó correr. Slenderman trató de tranquilizarlo pero al extender su mano, un tentáculo gigante penetró el corazón del policía. Slenderman se dio cuenta de que no tenía rostro que no podía respirar y sentía la necesidad de ello. 
    Su cuerpo se hizo tan largo que llegó a medir entre 2 y 3 metros. Ahora él vive oculto en los bosques y adora a los niños porque son los únicos que no lo ven con terror. Al no tener siempre control total sobre su cuerpo, algunas veces provoca la muerte de alguien que esté cerca.

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