Cultura Errante Número 11

enero 20, 2015

Cultura Errante número 11 ya está aquí y como es costumbre, les dejaremos la editorial correspondiente a fin de que se den una idea del contenido.


Una cosa: El amparo del arte como liberación del estigma más dominante.

Encontrar buscando apenas conscientes LO que nos hará seres libres tiene una profundidad de bajo fondo que nos soporta apenas en vilo y mantiene al espíritu en la mortificación perpetua de imprimir las huellas en la arena.

La nada, el espacio llano, la esperanza en ciernes como preámbulos de ese milagro peligrosamente buscado y no encontrado que es la felicidad, termina siendo también una fórmula: la de la constante reconstrucción del ser humano.

Ante esa necesidad de recuperación del alma los portentosos desconocidos, expertos ya en no encontrarse, tendrán que volver sobre sus pasos hasta aquel místico barro, obra de Dios, para reclamar el arpa completa de las costillas. Proveído ya del cuerpo justo, Éste, será uno y vivirá seducido de sí mismo hasta el final de los tiempos.

Nosotros, menos etéreos y por tanto más necesitados de ese retorno inminente al origen, hemos querido acudir al genio de Tomás Owen, quien participa en este número de la publicación cediendo los resultados de su fe en ese Ser creado exprofeso para sobrevivir eternamente por él.

Es así que a ese “dar a luz” del artista invitado, que se vuelve elemental ante la procreación de esta reestructurada especie, procuran unirse las fluorescencias de otras contextualidades que buscan el mismo fin bajo esa palabra de nombre LIBERTAD. Si el genio escultórico de Owen pone a caminar con pies firmes a la especie redimida fuera del horno, todos los demás desde flancos omniscios, pretendemos poner de por medio las letras en el lugar donde deberían de estar las alas que al ser humano siempre le han faltado.

Sí, en este número vamos a volar.


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