Adolfo Álvarez, jazzero inoxidable

-Hey, usted; sí, sí, usted, el chaparrito de la batería. Oiga, me trae loco; ya lo tengo niveladito y empieza a pegar de tamborazos; le bajo y, cuando ya lo tengo otra vez, saca sus brochitas esas que ni se oyen, y tengo que subirle. No, no, así no se hace, tiene que tocar parejito. Así recuerda Adolfo Álvarez, entre risas, aquella histórica grabación, en 1987, de Festival, el disco inaugural de la discografía jazzera veracruzana, liderado por Lucio Sánchez. Tenía siete años en Xalapa pero su carrera musical había comenzado en la infancia cuando, queriendo aprender a nadar, comenzó a tocar. Todo se lo debo a mis managers Mi papá era músico aficionado, mi mamá también y los tres hermanos somos músicos, no sé si eso es una casualidad, una necesidad o somos como los boxeadores, que somos músicos porque no nos quedaba de otra. Cuando yo era niño se hablaba en la casa de las actividades extraescolares, yo soñaba con asistir a la YMCA (Young Men’s Christian Associatio...