Ay, caray, ya no hay Hay Festival
El jazz bajo la manga
presenta
Ay, caray, caray / qué jodida es mi tierra, qué jodida...
-Ese medicamento le está haciendo muy bien al enfermo
-Sí, pero debemos castigar al médico porque es un villano; maltrata
a su mujer, a sus hijos y a todo aquel que se interponga en sus
asuntos
-Cierto, pero este paciente va muy bien con el tratamiento
-Ni modo, ya pedimos que se lo retiren y sabes el peso que tienen
nuestros nombres
Hasta
ahí llegó mi imaginación cuando supe que un grupo de periodistas,
intelectuales, artistas, organizaciones y colectivos habían enviado
una carta a la organización del Hay Festival que,
entre otras cosas, dice: “Estamos
muy preocupados por el doble mensaje que envía la edición mexicana
del Hay Festival y, por ello, nos permitimos solicitarles que cree
las condiciones para no servir como plataforma de promoción del
gobernador o sea retirada la sede al estado de Veracruz”.
Tampoco imaginé que la respuesta sería:
-Aunque el paciente vaya muy bien con el tratamiento se lo
retiraremos, pero se lo enviaremos a su teléfono celular
Coincido totalmente con el diagnóstico pero discrepo enérgicamente
del remedio. Si la primera opción era crear las condiciones para
deslindarse del gobernador ¿por qué eligieron, y de tan súbita
manera, la segunda?, ¿por no confrontarlo?, ¿es así como nos
defienden, retirándonos el antídoto?, ¿no hubiera sido más eficaz
aprovechar el prestigio del foro para hacer de él una trinchera de
denuncia que tuviera eco a nivel internacional? En fin, hay muchas
preguntas y múltiples y variopintas respuestas.
En su inteligente, informado y bien estructurado texto No Hay, Jorge
F. Hernández llega a una conclusión que, por más vueltas que le
doy, no acabo de entender: "Aunque no lo merece el pueblo lector
y los muchos sectores ávidos de cultura del gran estado de Veracruz,
por hoy me convenzo de que sea su propio gobernante quien mastique en
murmullos de su callada y posible conciencia la dolorosa revelación
de que las palabras Libertad, Justicia, Diálogo, aunque parezcan
invisibles no desaparecen con la suma de cadáveres y por ende –y
por ahora—en ese paisaje entrañable de Veracruz, a donde llegaron
hace setenta años miles de exiliados huyendo del régimen de pólvora
y guerra de Francisco Franco, a pesar y con pesar de lectores,
autores y los libros mismos… mejor no Hay."
¿Por qué es mejor que no haya?
En su columna Hora Libre, Álvaro Belín cita a uno de los firmantes,
el escritor mexicano Benito Taibo:
“¿Pueden
300 firmas lograr eso?”, se pregunta Benito Taibo, uno de los
firmantes, y él mismo se responde: “Lo dudo”. Luego le salta la
siguiente pregunta: “¿Nos habremos equivocado?”. Y reconoce:
“Los
que más perdieron en éste (sic) jaloneo, son sin duda, los
habitantes de Xalapa, que dejarán de tener un festival internacional
importantísimo, dónde (sic) podían escucharse muchas voces
críticas y agudas ligadas a la cultura (…) El gobierno de Veracruz
ha dado tibias declaraciones al respecto y no parece acongojarse
demasiado. Esencialmente parecería que le da lo mismo”.
Y añade: “Esperábamos que cesaran las agresiones a periodistas,
que regrese a Veracruz el estado de derecho y que cese la impunidad.
Y obtuvimos la desaparición de un festival cultural de primera, una
trinchera y un foro. Me parece que metimos la pata”.
Igual que Belín, agradezco la honestidad del escritor aunque, ¿qué
le hacemos?, ya está ahogado el niño.
Algunos de los periodistas firmantes dirigieron una carta a Javier
Duarte en la que le dicen: “Tamaulipas empezó como hoy está
Veracruz y no hicimos llamadas de atención” y esgrimen toda la
argumentación que conocemos, y con la que coincidimos, pero siguen
sin explicarnos de qué manera ayudará a resolver el problema la
privación de nuestra libertad de pensar, de crear, de soñar.
Felizmente
hay voces tan lúcidas como sensatas y congruentes, el escritor
coahuilense Carlos Velázquez en su texto El karma del Hay Festival,
afirma: "El pasado 29 de enero recibí una
petición para sumar mi nombre en una carta en la que una lista de
escritores y de periodistas solicitaban que el Hay Festival se
retirara de Xalapa debido al alto índice de periodistas asesinados
en el estado de Veracruz. No la firmé. En principio porque estoy
convencido de que la cultura es uno de los vehículos más eficaces
para atemperar el clima de violencia en una ciudad." Más
adelante "Entre los firmantes sobresalían nombres que ya habían
sido invitados al festival en ediciones anteriores y habían
asistido. ¿Y mientras nos emborrachábamos a expensas del
gobierno de Duarte no nos importaban los periodistas asesinados?"
(el subrayado es mío). "La
cancelación del Hay Festival Xalapa es un motivo para
entristecerse. ¿Para eso servimos como escritores?", concluye.
Hace cuatro años se suspendió el
Año de México en
Francia, un proyecto que contemplaba más de 300
actividades culturales, artísticas y turísticas, por el conflicto
que generó el caso Florence
Cassez. No creo que la suspensión le haya quitado el sueño a Felipe
Calderón ni Nicolas Sarkozy. Nadie ganó, no tengo suficientes
elementos para saber si Florence Cassez es culpable o inocente pero,
en cualquier caso, salió perdiendo porque permaneció en la cárcel
durante todo el sexenio calderonista; también salieron perdiendo los
pueblos mexicano y francés, y la cultura universal. Nadie ganó
nada.
La medida es tan extrema y
absurda como si Alberto Ruy Sánchez, Javier Sicilia, Juan Villoro o
cualquiera de los firmantes fuera invitado a un festival
internacional y un grupúsculo de intelectuales, para lavar su
conciencia, solicitara que fuera retirada la invitación porque su
presencia avalaría a un presidente que, además de estar envuelto en
escándalos de conflicto de interés, ha mostrado una total opacidad
en los casos Ayotzinapa
y
Tlatlaya,
y ni siquiera habla de los miles de desaparecidos y asesinados.
¿Serviría para algo?
Ay, caray, qué mal, ya no hay Hay Festival
¿Quién tiene la autoridad,
o cuál es la coyuntura,
para negar la cultura
a esta u otra ciudad?
¿se imaginan, de verdad,
que con esa decisión
arrancarán de un jalón
la mordaza criminal?
Ya no hay Hay Festival,
lo que hay es desazón
Lo que hay es desazón
en la ciudad y el estado
porque nos fue arrebatado
el festín de la razón,
de la luz, de la creación.
Esa decisión fatal
no remedia ningún mal
y a ninguno beneficia.
Qué lamentable noticia
ya no hay Hay Festival.
Ya no hay Hay Festival
y sí hay muchos perdedores:
los escuchas, los lectores,
la cultura en general,
el "de a pié", el intelectual,
el maestro, el estudiante
mas no pierde el gobernante
al que quieren castigar.
¿Qué es lo que van lograr
teniendo al pueblo ignorante?
¿Teniendo al pueblo ignorante
van a remediar sus males,
serán sus efectos tales
que la injuria galopante
frenará en un instante?
En un acto irracional
la élite intelectual,
sin ver la viga en su ojo,
fraguó y consumó el despojo:
ya no hay Hay Festival.
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