Hace algún tiempo, en un pueblo cercano, existió un chico llamado
Meison. El vivía con sus padres y sus hermanas. Desde niño, Meison
tuvo una percepción de la vida muy distinta. Al crecer y entrar en
la pubertad comenzó a tener sueños extraños sobre accidentes y
cosas futuras que le ocurrirían. Con el tiempo los sueños, para él,
se hacían más reales. Una noche, cuando la familia dormía, Meison
escucho una voz fuerte y distorsionada. —Despierta. Te he estado
observando. —
Meison salió de su
habitación, bajó las escaleras y atravesó el patio trasero; caminó
hasta un campo de golf que estaba cerca de su casa, y entonces, en
medio de la oscuridad encontró lo que parecía ser un chico con
traje de conejo y una máscara extraña. Ninguno de los dos dijo nada
por un rato y sólo se miraron.
El chico con el
disfraz de conejo avanzó hacia él.
—28 días, 6
horas, 42 minutos y 12 segundos, ese será entonces, el fin del
mundo.
—¿Por qué?
Al día siguiente,
Meison despierta en medio del campo de golf, a un lado de él están
dos hombres de pie, que lo miran y le preguntan —¿te encuentras
bien?
Al levantarse y
caminar, observa sus brazos y se da cuenta que en uno hay unos
dígitos marcados en su piel con tinta negra, 28:06:42:12, y recuerda
el sueño, que él (confundido) piensa fue real. La gente en el
vecindario lo mira extrañada, va descalzo y con pijama. Cuando llega
a su casa, se da cuenta de que hay un gran número de personas
alrededor, y piensa que algo malo pasó. Se acerca más y ve una
ambulancia, reporteros y hombres de traje; observa la casa, se asusta
al ver que hay una turbina de avión atravesando el techo, se
pregunta qué pasó con su familia.
—¿Mamá?, ¿Qué
pasó?
—¡Oh! ahí estás…
calló sobre tu habitación. ¿En dónde estabas?
—Salí…
temprano.
—Estábamos
preocupados.
—Estoy bien...
Un hombre con traje
negro y gafas oscuras se acerca a ellos.
—Siento mucho lo
que pasó, la compañía pagara los gastos, y mientras tanto el
hospedaje en el hotel. ¿tienen alguna pregunta?
—Sí…
—¿Qué ocurrió
con el avión?
—Aún no tenemos
informes, pero le diremos cuando localicen el avión.
—Está bien,
gracias.
En el hotel, Meison
y sus hermanas hablaron acerca del tema (al igual que sus padres),
pasaron unos días allí mientras la compañía responsable del avión
del cual se había desprendido la turbina, restauraba su casa. Al día
siguiente Meison vuelve a escuchar la voz del chico con el disfraz de
conejo, se levanta y camina detrás de él hasta una casa antigua.
Entran por la puerta del sótano y Comienzan a hablar.
—¿Cuál es tu
nombre?
—Frank
—¿Frank?
—Era el nombre de
mi padre, y de mi abuelo.
—Frank, ¿por
qué…?
—Sólo evité tu
muerte, ahora tienes que hacer lo que te diga.
—Está bien.
Con la ayuda de
Frank, Meison busca un portal por el cual poder viajar en el tiempo
para reparar sus errores y encontrar el “camino”. A media noche,
el universo tangencial se separa del universo primario, gracias a la
aparición de un artefacto, representado por un motor de avión. Los
universos tangenciales son inestables y generalmente colapsan en
menos de un mes, llevándose el universo primario consigo, si no es
cerrado previamente. Cerrar el universo tangencial es un deber del
receptor mismo (Meison), el cual le da súper poderes para realizar
tu tarea. Aquellos que hayan muerto dentro del universo tangencial se
transformarán en los muertos manipulados (Frank).
Ana Paula Riveros
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