De aquel cuerpo
oscurecido
por barnices y
salmerones
coitos de lombriz
aguardientosa
epístola interrupta
al vino tinto merlot
dulce minuet al
tacto
octogenario de
corpiños y orugas
hendidura austral
moaré
empuñada con gemas
refractales de silicona
de caricias quedas
húmedas
hundidas en
murmullos
muslos
tetas
anos
vergas
columnas tejidas al
dorso
de la melancolía
revolcadas en un
exponencial
trueque de sudores
amargos
de soledades a
assholedades
emergen aquellas
las matronas
tesoreras
de ubres
codependientes
a la composta
satírica
alma falsa en el
mástil
del hombre ansioso
rostro sin verbo
sin objeto
que va de la salita
del café improvisado
a la salita del
hogar improvisado
en largos trayectos
desatendidos
inflamable
tornasol
rítmico
tan preciado que a
nadie me importa
girasol (heliatus
annus) tetraplégico
para dar de beber
tristeza a los tristes
para hacer bailar a
los solos
para dar voz
amplificada
a los tosudos de
orozuz y trementina
guerrilleros sin
patria
depredadores de la
red
que viven en
conglomerados
departamentos
babélicos
para depositar los
restos
en la fosa del
olvido
sediento cáliz de
eternidades
mugrosas y
menguantes
delta de la
desolación toda
lumbre consumiendo
lumbre
para abrir el
corazón de los tarados
y llenarlo de migas
con fecha de
caducidad
para latir en
tristeza
todas las tristezas
y que duren para
siempre
con la música
vienen todos los males.
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