¿Nos estamos acostumbrando a vivir entre basura?
Bajé las escalinatas del Paseo de Los Lagos . Era cerca del mediodía. Aunque el sol brillaba intensamente, no hacía calor; soplaba un aire ligero y frío. Llamaron mi atención unas palomas que se movían sin descanso, casi de forma coordinada; me acerqué para tomarles unas fotos. De pronto, una de ellas —posada sobre un letrero que decía “ Humedales flotantes ”— me atrapó por completo. Me detuve ahí un rato, tomándole varias fotos. A poca distancia, una pareja lucía muy entretenida. También era notoria la presencia de varios trabajadores del área de Servicios Generales del ayuntamiento . Un par realizaban tareas dentro del lago, subían y bajaban por unas escaleras de aluminio; otros vaciaban contenedores, y uno más pasaba una escoba metálica de jardinería por la superficie del agua, tratando de sacar una bolsa de nylon pequeña que la corriente desplazaba lentamente. Mientras fotografiaba otra paloma —esta vez posada sobre un letrero del puente que lleva al muelle flotante—, uno de los tr...