El uso de agrotóxicos en Veracruz y la urgencia de actuar
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Coatepec, Ver. 28 de abril de 2025
En los campos de papa que rodean Coatepec, Tlalnelhuayocan y varias regiones de Veracruz, el uso indiscriminado de agrotóxicos ha dejado de ser un problema aislado para convertirse en una amenaza directa contra la salud pública y el medioambiente. Mientras los cultivos prosperan, comunidades enteras conviven con el riesgo cotidiano de enfermedades respiratorias, daños neurológicos y casos de cáncer que, aunque muchas veces no se documentan oficialmente, son parte de la realidad diaria de quienes habitan cerca de los terrenos fumigados.
La situación es crítica. Tan solo en 2024, Veracruz se posicionó entre los primeros lugares nacionales en casos de intoxicaciones por plaguicidas, según datos de la Secretaría de Salud. Datos como éstos no son aislados; forman parte de un patrón creciente de afectaciones, mientras los mantos acuíferos que abastecen a la población podrían estar ya contaminados.
El impacto, sin embargo, va más allá de la salud humana. La tierra pierde fertilidad a un ritmo alarmante y la biodiversidad que antes caracterizaba al bosque de niebla empieza a ceder ante el avance de los monocultivos. Especialistas ambientales advierten que el abuso de agroquímicos podría llevar a un colapso ecológico local si no se implementan cambios urgentes.
En contraste, pequeños esfuerzos de resistencia empiezan a abrirse paso. Municipios como San Andrés Tlalnelhuayocan ya aprobaron reglamentos que buscan frenar la expansión irresponsable de la agricultura tóxica. Aunque estas medidas son alentadoras, todavía falta construir una política estatal que proteja efectivamente a las personas, al agua y a la tierra.
Por eso, campañas como "Veracruz, Verde y Saludable" no son un gesto simbólico: son un primer paso imprescindible. Aunque parezca pequeño frente a la inmensidad del problema, sumar voces y exigir un cambio normativo ayuda a visibilizar la crisis, genera conciencia social y presiona a los tomadores de decisiones. Cada firma representa una vida, una familia, una comunidad que merece respirar aire limpio, beber agua segura y comer alimentos libres de veneno.
El momento de actuar es ahora. No podemos seguir normalizando un modelo agrícola que enferma, contamina y destruye. Veracruz necesita un futuro verde, y está en nuestras manos empezar a construirlo.
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