¿Quién se queda con el dinero del café?

junio 17, 2025

quién se queda con el dinero del café

Coatepec, Ver., 14 de junio de 2025

Han pasado 43 años desde que más de 10 mil cafeticultores se movilizaron en Xalapa para exigir un precio justo por su producto. Aquella histórica jornada del 14 de junio de 1982 logró doblegar a Inmecafé gracias a la fuerza colectiva, la claridad de las demandas y un contexto económico favorable. Hoy, la situación del campo cafetalero mexicano parece haber retrocedido, no por falta de argumentos, sino por el peso del silencio impuesto desde el poder económico y la omisión gubernamental.

Durante la cosecha 2024–2025, los precios internacionales del café se dispararon ante las afectaciones climáticas en Brasil y Vietnam. Sin embargo, en México, particularmente en el centro de Veracruz, los precios que se pagaron al productor disminuyeron de forma injustificada. A finales de diciembre e inicios de enero, el kilo de cereza se pagaba en 20 pesos, pero conforme avanzó la cosecha, el precio cayó a 16, e incluso menos. Todo esto mientras en la bolsa internacional el precio del quintal subía hasta 90 dólares. La ganancia se quedó, una vez más, en manos de las grandes compañías transnacionales.

Ninguna empresa dio una explicación clara sobre la caída. Circularon versiones que apuntaban a una eventual imposición arancelaria por parte de Estados Unidos, lo cual supuestamente se anticipó descontando el impacto al productor mexicano. La excusa fue tan frágil como inadmisible. Y más grave aún fue el silencio cómplice del gobierno federal. Ni la Secretaría de Economía ni la Secretaría de Agricultura atendieron las denuncias en tiempo y forma. Cuando el titular de SADER, Julio Berdegué, finalmente acudió a una reunión con productores en Teocelo, se limitó a declarar que el gobierno “no puede imponer precios”.

El abandono institucional fue acompañado por una baja participación social. La desmovilización respondió a varios factores: temor a represalias económicas, chantajes velados sobre la pérdida de apoyos sociales, mensajes disuasorios de las propias empresas y una política sistemática de marginación a las organizaciones campesinas. También influyó la falta de coordinación y articulación efectiva entre las diversas organizaciones cafetaleras.

Ante este panorama, el comunicado emitido el 14 de junio de 2025 por un grupo de productores cafetaleros de Veracruz no es solo una denuncia, sino un llamado urgente a la reconstrucción del tejido organizativo en el campo. Entre sus principales demandas se encuentran:

  • La intervención inmediata de la Secretaría de Economía para investigar y sancionar el abuso comercial cometido.
  • La aprobación de una Ley del Café, con una Comisión Nacional que establezca precios de referencia y realice monitoreos regionales de precios pagados al productor.
  • Un programa nacional para fortalecer la producción y el consumo de café mexicano, que incluya mayores apoyos económicos, renovación de cafetales y control sobre la importación de café de baja calidad y productos con etiquetas engañosas.
Más allá de lo económico, este conflicto revela un problema estructural: el desmantelamiento de los mecanismos de defensa de los pequeños productores y la captura del mercado por grandes corporaciones sin control ni contrapeso.

Recuperar la dignidad del campo no será posible sin organización ni presión colectiva. Lo que ocurrió este ciclo es, como señalan los productores, un abuso que no puede quedar impune ni repetirse.

La justicia para el café mexicano solo será posible si viene desde abajo, desde la unidad de quienes siembran, cosechan y defienden la tierra.

Marcha de cafetaleros
Fotos: Cirio Ruiz


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